La mejor forma de aprender sobre los poliedros es construirlos y después, observarlos, compararlos, transformarlos y modificarlos. Estos cuerpos suelen aparecer en contextos no sólo matemáticos, sino en ámbitos como la arquitectura, el arte, la mineralogía y la química. Aprender a observarlos y construirlos no sólo debe ser una experiencia alentadora y fascinante, sino que puede ser aprovechada para el desarrollo de actividades matemáticas que involucran la actividad demostrativa. La incorporación de pruebas visuales, del razonamiento visual y las demostraciones empíricas aportan una imagen más humana y creativa de la Matemáticas.
35 participantes.